Paradojas sentimentales
"Dios le da pan al que no tiene dientes"
Refrán popular
Las normas de la lógica dictan: "Toda regla tiene una excepción que la confirma". Y el teorema del triángulo amoroso perpetuo que hemos analizado en varias entradas no se salva de esa máxima, como pude comprobar hace un par de días luego de la conversación que tuve con una amiga que también tiene que decidir entre dos hombres, con la diferencia de que ninguno de los dos cumple el papel de mamaguevo.
Es el caso que mi amiga, a quien llamaremos A. era la novia de un individuo a quien llamaremos H.P. desde hace más de cuatro años; es decir, una relación con un importante porcentaje de formalidad y seriedad. Valga acotar que el individuo fue una persona que siempre quiso y respetó mucho a mi amiga, cosa que le agradezco. El NO es un mamagüevo.
Por razones académicas, según tengo entendido, H. viajó al exterior y, como sucede en la mayoría de esos casos, la relación quedó en "standby". Pero en el interin, mi amiga A. conoció por avatares del destino a otra persona, a quien llamaremos D., que también se mostró muy interesado en ella, sin dar muestras de ser un mamagüevo.
Tal suposición mía se confirmó cuando mi amiga me hizo el anuncio oficial: se empataron hace unos días. Tras lo cual me manifestó que su preocupación fundamental era cómo hacer para decírselo a H. sin herirlo.
A pesar de que, como he demostrado, soy enemigo declarado de ese "quítate tú para ponerme yo" sentimental, en esta ocasión avalé su comportamiento por tres razones fundamentales. En primer lugar, H. se encuentra lejos, y permanecerá allá por mucho tiempo. Por otra parte, el individuo por el que "cambia" a H. finalmente vale la pena, y por último, ella tampoco puede pretender que él estando a varios miles de kilómetros de distancia permanezca célibe hasta su regreso. Seamos realistas.
SIn embargo mi amiga seguía muy acongojada. Y fue después del siguiente diálogo cuando tomé conciencia de que se trataba de la excepción que confirmaba la regla:
—Yo: ¿Ves? Eres una de las pocas mujeres que no busca mamagüevos
—Ella: De pana, yo tengo un ángel para los hombres. Mientras muchas chamas sufren por idiotas yo sufro pq tengo dos niños tan bellos q no se cual escoger.
Ahí está! Aparte de que ella es la excepción que confirma mi teorema, es también la demostración de que esos triángulos amorosos tan viciados son algo que puede ser controlado por la persona en cuestión (la caraja o el güevón, porque mamagüevo no es gente), si sabe tomar decisiones correctas y ver más allá del "está bueno", "hay química", "Es el hombre ideal" o el resto de las toneladas de lugar comunes que las mujeres buscan para aferrarse a la idea de que esos tipejes son lo que ellas necesitan. Voilá!!
1 Comments:
es asi... te apoyo un 99%...
saludos..
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